¿Qué tal si un gran final es tan solo un gran comienzo?
Sí, cuesta decir adiós, pero cuesta más no serte fiel a ti misma... te regalo preguntas que te ayudarán a honrar lo que fue y abrazar lo que es para crear lo que eres, tu camino, tu verdad...
Cuánto cuesta decir adiós, despedirte de lo que ya no es , lo que ya no va, lo que ya no nutre, lo que ya está caduco y desgastado, lo que sabes en el fondo se ha terminado y has de tomar una decisión.
Tomar la decisión de soltar, dejar de apegarte, dejar de querer que “siga” igual, dejar de sostener lo que sabes ya no es ni será, y duele, duele aceptarlo, pero creo que duele más engañarte y resistirte a la verdad, pero somos necios (me incluyo), no queremos “ver”, nos aferramos a lo que quisiéramos que fuera en vez de aceptar y asumir lo que es tal cual es.
Y es que cuesta decir adiós a lo que algo alguna vez te lleno de vida, de emoción de belleza, de expansión, de gratitud, cuesta dejarlo ir, cuesta darte permiso de soltarlo y empezar de nuevo, pues sientes que traicionas a aquello que sueltas, aunque en verdad te estás traicionando a ti y a tu verdad, y no serte honesta, es no serle honesta al otro tampoco.
¿Te das cuenta?
Y es que cuesta “ver” la verdad de lo que ya se apagó y dejó de respirar por sí mismo, darte cuenta que te está robando aire y consumiendo tu energía vital, pero una vez lo “ves” no puedes seguir igual, la vida te pide tomar una decisión, y cada vez duele más y se hace más pesado tratar de mantener lo que ya no es, y más bien te roba vida.
Y es que cuesta despedirte de lo que conoces perfectamente bien, de aquello que te es familiar, y sabes, creo que por eso cuesta, porque nos da miedo lo nuevo y lo desconocido, preferimos nuestra zona de confort, “de control”, aunque duela y pese.
Y es que para poder soltar, soltar con amor y decisión lo que ya no tiene vida, nos ha faltado un paso, convertirlo en tierra fértil, en aprendizajes y nuevos comienzos, para así poder sembrar en ello lo que sí te llena de vida, solo así puedes soltar con gratitud infinita, pues comprendes su servicio hacia ti, comprendes su propósito, su sentido de ser y su sentido de terminarse.
¿Puedes ver cómo eso que sueltas está aquí para ti, para tu evolución? Y tu evolución, tu siguiente nivel de expansión necesita de espacio para poder tomar forma, para poder crear, y para eso hay que despedirse, repito, con amor y gratitud, y eso solo se logra cuando comprendes el para qué, dejas a un lado el por qué a mí y te enfocas en el para qué, en el aprendizaje.
Aún así cuesta despedirte, y es normal, es humano, es un proceso, un camino por transitar, date tiempo y espacio para alquimizar lo que te duele, es tu proceso, adueñáte de él, a tus tiempos y a tu ritmo, se suave y compasiva contigo, pero sigue caminando, caminando hacia tu verdad.
Ahora bien, y si te digo que en realidad solo te despides una vez, y que no “pierdes” nada cuando logras esa alquimia y lo que sientes que “pierdes” se transforma en algo nuevo y más alineado a tu verdad, entonces nace la ganancia y la gratitud por lo que se va y lo que llega, ¿qué tal si eso es honrarlo y honrarte a ti misma?
¿Qué tal si en vez de que te cueste tanto, tan solo te das permiso de cambiar, de abrirte a lo nuevo, a las posibilidades infinitas que una decisión nueva y diferente te puede regalar? ¿Qué tal si eso es madurar y dejar que el otro madure también?
¿Qué tal si en vez de que te duela tanto, tan solo te permites sentir el dolor de la despedida, del “final” tal cual es, sin juzgarlo ni etiquetarlo, sin culparte, sin querer que cambie, se vaya, o sea diferente?
¿Qué tal si la clave es sentir lo que emerge de ti cuando por fin ves la verdad de lo que ya no es ni será y lo dejas estar, le das un lugar en tu corazón mientras se transforma en algo más, en tierra fértil, en oportunidad?
¿Qué tal si lo “sueltas” las veces que haga falta, hasta que no tengas que soltarlo pues ya se ha convertido en algo más, y tú te has convertido en alguien más, más tú, más libre, más auténticamente tú?
Y es así que una despedida, un final, ya no duele tanto, sino más bien se convierte en aprendizaje y en potencial, en un portal hacia tu mejor versión, en un camino lleno de vida y de magia.
¿Qué tal si solo necesitas cambiar de percepción para que cambie tu universo?
Así que si estás atravesando una despedida, una ruptura amorosa, un final en cualquier aspecto de tu vida, te invito a cambiar de percepción, a reflexionar, a pensarte diferente, a abrir tu mente y tu corazón, y te regalo unas preguntas poderosas que pueden ser portales para transformar tu realidad en algo más, algo que te vuelva a nutrir el alma y llenar de vida, de sentido… porque sabes, hacer las paces por dentro es hacer las paces con lo que es, es dejarlo ir con gratitud y cariño, es adueñarte de las lecciones de vida que te vino a ofrecer, es honrar lo que fue y dar espacio a lo que quiere llegar a tu vida, y cuando lo logras, tu vida se transforma en algo más bello, no por perfecto, sino por honesto, porque cuando honras tu verdad, lo que sientes, lo que es y lo que fue, entonces puedes adueñarte de tu historia y escribirla con tu puño y letra, llenarla de magia, abundancia y gozo.
¡Así que empecemos el viaje!
¿Qué tal si un final no te diera miedo sino emoción? ¿Qué tal si transformas el dolor de lo que se acaba y se acabó en sabiduría y grandes lecciones de vida?
¿Qué tal si evitar un final es evitar la vida? ¿Qué tal si tratar de evitar un final es evitar aceptar la realidad tal como es por miedo a que “cambie”?
¿Qué tal si evitar nuevos comienzos es miedo a evitar lo desconocido más que desear aquello que es conocido?
¿Qué tal si el cambio es lo que necesitas tú y tu vida? ¿Qué tal si lo que duele no es el cambio sino tu apego a que “no cambie”?
¿Qué tal si tu zona de confort no tiene nada de confort pero todo de conocido y ahí te sientes “segura” pero no libre, no tu misma?
¿Qué tal si honras los finales de tu vida con grandes comienzos llenos de sueños, ganas de vivir, de sentir, de crear, de manifestar nuevas realidades?
¿Qué tal si honras los finales de tu vida tomando las oportunidades que la vida te presenta cuando te despides de lo que ya no te pertenece, te sirve, te funciona, ni te nutre?
¿Qué tal si despedirte es darle la bienvenida a aquello que realmente te hace vibrar y resuena con tu verdad y propósito?
¿Qué tal si despedirte es un acto de amor propio y una ofrenda de amor hacia el otro y hacia ti misma?
¿Qué tal si un final implica mucha valentía para despedirte, soltar y decir adiós a un pasado que ya no es presente, pues ya no forma parte de quién eres hoy ni quién quieres llegar a ser?
¿Qué tal si un final implica humildad para aceptar lo que ya no es ni será y así ver la verdad de lo que sí es?
¿Qué tal si los finales de tu vida te preparan para vivir el presente con más conciencia, sabiduría y presencia?
¿Qué tal si los finales te enseñan a aceptar y vivir con más gracia el cambio y hacerte soberana de tu presente y tu futuro?
¿Qué tal si los finales te enseñan a no temerle al miedo a lo desconocido sino a ver la magia y las posibilidades en lo desconocido?
¿Qué tal si un final es arriesgarse a lo desconocido y, por ende, recibir los regalos y bendiciones de lo nuevo?
¿Qué tal si los comienzos son tal sólo la expansión de tu ser, de tu esencia y de tus sueños hechos vida?
¿Qué tal si los comienzos dan miedo porque los piensas demasiado, en vez, de sentir lo que realmente te nutre y sueñas?
¿Qué tal si en lugar de pensar los comienzos y tratar de darles formas y objetivos, mejor les das propósito?
¿Qué tal si el único propósito es ser feliz?
¿Qué tal si la felicidad está en los finales y los comienzos?
¿Qué tal si la felicidad es abrazar el cambio y aprender de él?
¿Qué tal si haces de la felicidad y el cambio grandes amigos?
¿Que tal si de un gran final comienzas TU vida?
¿Qué tal si de un gran final aprendes a amar, a amarte, aprendes a vivir, a vivirte?
¿Qué tal si un gran final es tan solo un gran comienzo?
¿Qué tal si nada nunca termina y tan solo se transforma, que tal si un nuevo comienzo es una oportunidad que la vida te da cuando tomas daciones desde tu corazón y tu esencia, desde tu TAO, tu verdad?
Por nuevos comienzos, por finales hechos sabiduría, por honrar nuestra vida y permitirnos vivir.
Con amor,
Mariana
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