Domingos con sabor a “yo puedo”

Que la perfección y/o esperar a estar “lista” no te roben las decisiones de tu corazón

Hoy estaba pensando cuántas veces he perdido oportunidades en mi vida, grandes y pequeñas, por esperar a estar “lista” o que todo fuera “perfecto”, incluyéndome yo.

Cuántas veces me he robado a mí misma de experiencias de vida y de cosas bellas, extraordinarias y simples, por enfocarme y solo querer mirar lo que tengo que “mejorar”, sanar, acomodar, arreglar, cambiar, etc. porque siento miedo que de no hacerlo algo saldrá “mal”, y quizá más en el fondo, seré juzgada y apuntando por muchos dedos ajenos qué tal vez me digan “te lo dije, tenía razón”… Cuántas veces por miedo a no tener razón he canjeado mi voz y mi sentir por lo que alguien más cree es “mejor” para mí, y así me he silenciado más veces de las que puedo contar…

Cuántas veces por no escucharme y escuchar esas voces de terceros me he perdido de vivir y crear mi propio camino por miedo a “equivocarme”, cuántas veces he sido actriz de reparto en la película de mi vida por permitir que alguien más sea la protagonista, por miedo a tomar decisiones.

Y es que si algo he aprendido, y temo decir que que con experiencias dolorosas e incómodas, es que no se trata de no equivocarme, quizás se trata de equivocarme si es que es necesario, pero que sea yo la que elija las pequeñas y grandes decisiones de mi vida. Y es que equivocarse no es fracasar, equivocarse es aprender si así lo decido. Una manera más de cómo no hacer las cosas y mil más por descubrir y hacer mías.

Porque las grandes satisfacciones de la vida vienen de esas decisiones que sin saber qué pasará realmente, uno se atreve a escuchar y seguir su corazonada, tomar acción por ello. Y es que solo así la vida te sorprende con misteriosos e increíbles regalos que ni en tus mejores sueños podrías haber imaginado.

Por eso y por experiencia propia creo que hace mucha falta dejar de querer que todo sea “perfecto” o que estes “lista”, y empezar a enfocarte en lo que has aprendido, lo que has recorrido, lo mucho que has crecido y evolucionado, las veces que te has levantado y renacido, quizás es momento de empezar a creer en ti y confiar en que puedes seguir esa voz que te guía y te susurra el camino, la voz de tu alma, para así poder tomar decisiones trascendentales sin esperar a estar “lista”, porque ya estás lista, porque tu pasado y tus historias de vida te han preparado para ello, porque querer que esté “perfecto” o que estés “perfecta” es buscar evadir lo que hoy toca por miedo.

Este domingo, deseo que la búsqueda de la perfección no te robe de la experiencia ni de la expansión que una decisión puede traerte cuando eliges tomar la vida como es y abrirte a lo nuevo, con lo que es y con lo qué hay, no porque ya estás o no estás “lista”, sino porque crees en ti y confías en que puedes hacer lo que tengas que hacer porque así lo sientes, porque así lo sabes en lo más profundo de tu ser.

Y si te “equivocas”, aprende, levántate de nuevo las veces que hagan falta pues de eso se trata, de vivir y aprender, de evolucionar, de convertirte en la protagonista de la película de tu vida y tomar acción con lo que es y con lo que hay, porque solo así avanzas, solo así te conoces, solo así sabes quién eres realmente y de lo que eres capaz.

Que no se pase tu vida buscando la perfección que no solo no existe, sino ¿“perfecto” para quién, entorno a quién te estás comparando y midiendo?

Que la única medida para determinar si estás “lista” sea tu corazón ardiente que te pide tomes acción por eso que ya sabes muy dentro de ti.

PS: Por eso conócete, crea espacios para escucharte, para reconectar contigo misma desde el amor y la suavidad, pues si no sabes quién eres, jamás sabrás qué quieres, y si te das cuenta que el camino que estás recorriendo ya está trazado y señalado, detente, pues ese es el camino de alguien más. Tu propio camino, tu propio TAO, solo te corresponde a ti descubrir y trazar, y eso se hace un paso a la vez, una decisión a la vez, una acción a la vez.

*Fotos que me recuerdan cuando no espere a estar “lista” ni que fuera “perfecto” para empezar a vivir y decidir por mí misma porque sé que puedo y sé que quiero, y la vida ya me responderá… y yo, yo estaré “lista” para responderle de vuelta pues hoy mi corazón me guía, y yo, yo lo escucho.

Si te equivocas, aprende. Levántate de nuevo.

Con amor,

Mariana

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