Desde hace años, y tal vez te pase lo mismo a ti, llevo escuchando la frase “tú eres el creador de tu realidad”. La verdad es que no lo creía, por un lado suena demasiado bueno para ser verdad, y por el otro, que shock tan grande ser la creadora no solo de lo bueno y maravilloso de mi vida sino también de los hechos dolorosos y difíciles. Que oportunidad y que responsabilidad tan grande. ¿Lo sientes?
¿Será que es verdad? ¿Será que somos creadores de nuestro destino? O, ¿será que somos marionetas de nuestro propio destino?
Creo que ante tales afirmaciones solo te queda una cosa, probarla, experimentarla en carne propia. Se trata de bajar la teoría a la práctica, se trata de ir en búsqueda de todo aquello que de pistas, evidencias, constataciones de ese poder.
Cabe recalcar que cuando escuchas una frase así y estás pasando por un momento oscuro y retador, intenso, esa frase suena más a chiste de mal gusto que a una posibilidad por descubrir, un portal por atravesar.
Y te cuento que ese fue mi caso. Hoy creo que tal vez no existe nadie que no haya pasado por dificultades y obstáculos tan grandes, esos dolores del alma, que llega el día en que se rinda, se rinda a la vida, y entonces tal vez escuche, recuerde, reciba esa frase. Pues cuando estás bien profundo en el hoyo, cuando llevas tiempo sin ver la luz, un día quizás te preguntes o más bien sepas, sientas “que tiene que haber otra manera”, otra manera de vivir. Y así empezó todo para mí.
Quizá uno solo se puede asumir creador, cuando ha atravesado momentos así y se ha transformado a sí mismo y a su realidad. Cruzar el portal de momentos que te llevan al límite, que te retan a salir adelante, a buscar otras maneras de pensarte y pensar el mundo, momentos que te exigen salir de tu zona de confort para darte cuenta quién eres realmente y de qué eres capaz, son momentos que te cuestionan una y otra vez si lo que estás viviendo es verdaderamente lo que quieres o si ya estás listo y dispuesto a subir de nivel y expandir tu realidad.
Y es que si las cosas solo fueran “bien”, ¿dónde está tu poder creador?. Quizá más bien se trata de hacer las cosas “bien”, y no me refiero a que sean de un determinado modo y te den un determinado resultado, sino a que las hagas de manera consciente, mente-cuerpo-corazón alineados y en coherencia, esa es la clave. ¿Qué tal si “bien”es no traicionarte a ti mismo?
Pienso y siento que ser creador es eso, pues la vida te pondrá en situaciones para que tu sepas quién eres, la vida te invita siempre a tomar tu poder y tu lugar, te invita a evolucionar, y eres tú quién responderá con el corazón y con todo tu ser, o simplemente reaccionarás y te quejarás una vez más “por qué a mí (otra vez)”. Y no es que este mal quejarse, pero quedarse en la queja al único que lastima es a uno mismo.
Verás, quejarte es ser víctima, es culpar al otro y lo otro de lo que te sucede y en dónde y cómo estás. Mientras que ser creador es pasar a la acción, es no buscar culpables sino buscar soluciones, es poder convertirte en maestro y líder de tu propia vida, en la que cada situación, persona, lugar, evento, cada encuentro trae para ti una experiencia por vivir, un aprendizaje por descubrir, una historia por escribir y llenar de sentido y significado. Pues de alguna forma u otra, si somos los autores de nuestra propia historia de vida, sino te gusta la narrativa de tu vida, tienes el poder de cambiarla, está en tus manos reescribirla pues tienes un poder muy grande, el poder de interpretar los hechos de tu vida, darles perspectiva, intención y propósito. Editar lo que te haya dolido o pesado, editar y no borrarlo, pues borrarlo sería robarte del aprendizaje. Editar con amor los momentos dolorosos de tu vida y empoderarte al hacerlo, eso es ser creador.
Por eso te invito, ¿qué tal si mejor a esos momentos de la vida en vez de reprimirlos, evadirlos, negarlos, rechazarlos, esconderte de ellos o intentar olvidarlos, qué tal si les das un espacio para estar? ¿Qué tal si les abres la puerta de tu corazón y te atreves a sentir, a sentirlos enteros y a sentirte por completo? ¿Qué tal si abres esos capítulos de tu vida y los vuelves a leer con otros ojos, con ojos de compasión y empatía? ¿Qué tal si todo tiene un propósito y está aquí para servirte si así lo decides, qué tal si depende de uno encontrar el mensaje y regalo oculto de aquello que te trae la vida? ¿Qué tal si nunca estás en el lugar equivocado ni con la persona incorrecta, qué tal si están aquí para que despiertes y entonces elijas, elijas de verdad quién quieres ser?
¿Acaso no crees que ser creador es eso?, pues la vida te propondrá situaciones y eres tú quién las dotará de sentido y significado, y más importante, serás tú quién le responda a la vida. Y ahí está tu poder, ese es tu poder creador, elegir cómo y desde dónde responderle a la vida, con qué actitud y con qué intención. La vida te pide una sola cosa, “despierta”. Y estar despierto no es tener los ojos abiertos, es despertar tu mente y tu corazón, y eso es un viaje, es un camino, eso es encontrar tu propio tu Tao, es encontrarte con tu verdad más verdad. Vivir despierto es una actitud ante la vida, es una manera de vivir en donde tú tomas conciencia y acción por y para ti.
Y es que estar despierto es saber “leer” al mundo, saber leer lo que la vida te trae y te ofrece, es saber leer más allá de lo aparente para poder descifrar la esencia del para qué.
Ser creador es vivir en conciencia, es saberte dueño de tus pensamientos, emociones y acciones, poder observar tus pensamientos y emociones desde la neutralidad para leer sus mensajes, para redirigir tu atención hacia aquello que sí quieres y sí buscas, ellos te informan y tu disciernes, interpretas, das significado y sentido, por eso déjalos entrar, estar y pasar, recuerda que tú eliges en qué tren emoción-pensamiento te quieres subir y cuando es tiempo de simplemente dejarlo pasar. Recuerda que ellos son tan solo mensajeros y que está en ti recibir y descubrir el mensaje.
Creador, sí, tú, tú eres creador.
Creador, por eso hay que entrenar a la mente y al cuerpo, ser testigo amoroso y compasivo, para decir “no” a tiempo y un “sí” rotundo cuando así lo sientas. Ver el panorama completo y con perspectiva, no aferrarte a nada y abrazar lo que llega, pues si te resistes no puedes cambiar nada, el cambio empieza en ti, dale la bienvenida al presente y tómalo en su totalidad, siéntelo sin preferencias y sin querer cambiarlo, solo así se asienta, solo así se aclara, solo así se transforma, pues abres espacio para lo nuevo.
Y esto requiere práctica, decisión, constancia. Requiere vivir en presencia, pues ahí dónde pones tu atención, está tu realidad. Pero sobretodo, para convertirte en creador consciente de tu realidad requieres ser valiente, ser valiente para adentrarte y conocer todo lo que te habita, darle espacio y bienvenida a todas tus partes, pues todas caben, poder mirarlas una a una a los ojos y darles un lugar donde estar, que se acomoden dentro de ti mientras sanas, mientras te das permiso de sentir, de releer y reescribir los capítulos de tu vida, de procesar, de soltar, de transformar, de resignificar, mientras tomas tu lugar y tu poder en la vida.
Y es que ser creador también requiere celebres tu andar por la vida, tu camino recorrido hasta ahora, tus logros y alegrías, tus duelos y tristezas, pues tu historia es tuya y merece todo tu respeto, te lo debes a ti mismo.
Creador, honra lo que has aprendido y lo que aún te falta por aprender, honra tus cicatrices como lecciones de vida bien tuyas, pues te han enseñado no solo a ser más sabio sino más flexible y compasivo también, contigo mismo y con los demás. Esas cicatrices que te recuerdan de dónde vienes y lo que has atravesado hasta encontrarnos hoy aquí entre palabras que nos unen. Las cicatrices nos dicen “hey, estás bien, has podido sanar y salir adelante de lo que te ha dolido, no te detengas, la vida siempre se pone mejor cuando sanas tus heridas”. Las cicatrices del cuerpo y del alma son tatuajes indelebles que te recuerdan la belleza de sanar y reparar, de reconstruirte y renacer, de cómo el corazón y el cuerpo transmutan todo dolor y que la medicina más potente es la que llevas dentro de ti y te toca a ti descubrir y compartir.
Recuerda, ser creador no implica ser perfecto ni tener una vida perfecta. Ser creador es ver y asumir tus creaciones que son perfectas para que te despiertes, para que te conozcas a ti mismo, para que te sepas capaz, para que descubras quién eres en verdad más allá de lo que el mundo te dice que seas. Pues ser creador es adueñarte de tu realidad, completa, y así transformarla en algo más bello para ti, en algo que te llene de paz aún en las tormentas pues sabes que vas a estar bien porque cuentas contigo.
Creador, busca tu evolución en cada decisión que tomes sabiendo que siempre, repito siempre, te tienes a ti mismo. No te traiciones, así encontrarás el amor propio, así te encontrarás contigo mismo y tu verdad.
Y es que en este mundo todo sabe mejor cuando comprendes, pero realmente comprendes, que nada está fijo, nada es permanente, todo cambia y el cambio es el más grande maestro cuando no te resistes a él sino lo invitas a entrar a tu vida y le ofreces una taza de té. Pues cuando te apegas a algo, cuando quieres que las cosas sean como tú quieres que sean, cuando tienes expectativas, te robas del aprendizaje y la experiencia, mientras que cuando aceptas el cambio y te dejas asombrar por la vida, la vida se convierte en un hermoso misterio por descifrar y te muestra las infinitas posibilidades que nacen cuando te autonombras creador de tu realidad.
Y tú seguro estás pensando “ok, me gusta, soy creador, ¿y ahora qué, ahora cómo le hago, qué tengo que hacer?”, pues mi amigo, no hay recetas fijas ni fórmulas secretas, solo te digo “respira, conecta con tu cuerpo y tu respiración, confía”. Pregúntale una y otra vez a tu corazón “¿qué me está enseñando está situación, qué tesoro oculto hay aquí que no estoy viendo, qué puedo hacer diferente, a qué me puedo dar permiso de ser, de sentir, de hacer?”, y sobretodo “¿quién quiero ser en está situación?”. Hazte preguntas que expandan tu conciencia, cuestiona tus pensamientos, abraza tus emociones, aclara tu menta, y toma acción por y para ti, con amor y por amor. Elige y acciona. Repite. Y principalmente, reconócete el creador que ya eres.
Con amor,
Mariana
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Te recomiendo el episodio número 4 “El propósito de la vida” con Maka Fernandez y el episodio número 6 ¨Vivir desde el Ser¨con Ger Meza para poder seguir descubriendo cómo convertirte en creador de tu realidad, qué es y qué implica.